




Aunque ya lo conocía, principalmente por mis rutas a caballo, ayer me causó una sensación distinta; me estoy refiriendo al lugar donde se inauguró el mirador Pedro Udaondo, balcón de los Picos, situado en el collado que separa el pueblín de Asiegu de la capital cabraliega, Carreña, por la ruta de Ría :
Dónde vas a por agua, paloma mía,
dónde vas a por agua?, voy a la Ría,
con la ayuda del agua verte quería.
(Torner-283).
La sensación de ayer fue básicamente de satisfación, creo que compartida por todos los presentes: representantes institucionales, familiares del homenajeado, montañeros y vecinos de Cabrales. Pienso que allí no hubo curiosos, ni que alguien acudió por casualidad. Y digo esto en la certeza de que asistimos a un acto de recuerdo y gratitud a un excelente montañero y humilde persona, que ya figura para siempre en la historia de nuestras montañas.
¡A partir de hoy, existe otro lugar en Cabrales de ineludible visita!.